En la mitad de la noche.

Un escalofrío recorrió cada centímetro de mi cuerpo. En la oscuridad de la noche desperté sobresaltada. Un grito desgarrador cortó el aire. Temblorosa miré a mi alrededor. Parecía que nadie más lo escuchó, todos dormían plácidamente mientras aún resonaban unos lamentos en mis oídos. Poco a poco , mientras me serenaba me horroricé al darme cuenta de que esos gritos provenían de mi interior. Mi alma y mi corazón alzaron su voz. Por más que me tapaba los oídos no dejaban de resonar más nitidamente si cabe…Sigilosa crucé el pasillo, me acerqué a la terraza y miré a la luna. Hice lo único que podía hacer, sentarme a escuchar a mi corazón. Por más que traté de hacerle callar sabía que algún día se alzaría y no habría escapatoria… Ese día había llegado…Protegida por el fulgor de la luna y la cálida brisa entre mi pelo escuché atentamente. Por fin esos lamentos cesaron y se convirtieron en palabras.A medida que mi alma se llenaba de paz me fui arrojando a los brazos de Morfeo… Y al despertar descubrí una sonrisa dibujada en mis labios. Aún recordaba lo que soñé; hoy no puedo asegurar si fue sueño o realidad, quizá no fue más que lo que mi interior me quería contar…

No recuerdo su rostro, tampoco su nombre, pero no olvidaré su voz, la manera en la que apareció frente a mí. Ese alguien me ofreció ni mas ni menos que la luna, y susurrándome al oído dijo : ” Cada vez que te sientas sola, cada vez que notes como la tristeza pesa en tu corazón, mira a la luna… Esté donde esté le mandaré todos mis besos,mis más tiernos abrazos y mis más dulces caricias para que te las haga llegar”…No recuerdo más, tampoco sé si fue real o no, lo único que puedo decir es que cada noche antes de dormir, dedico mi última mirada a la luna , y sé que hay alguien detrás de ella que me regala su amor y su compañía…

Tal vez fue un sueño, tal vez lo que mi corazón lleva tanto tiempo deseando contarme : que existe una persona dispuesta a regalarme la luna, y con ella, todo su cariño, su complicidad y sus cuidados…