29 de junio de 2009

Puro Teatro.

En el fondo sabía que llegaría el momento.
Nada es eterno, todo es fugaz.
Principio y fin.

Un círculo perfecto que hace que se conserve el equilibrio.

Por un tiempo sintió que su vida pendía de un hilo. Ejerció de funambulista a tiempo parcial durante horas, semanas, meses…

Ahora se había acabado. Ahora volvía a su realidad.
Un golpe brusco y seco.

Puede que el dolor sea insoportable durante una temporada, pero a la larga será mejor. Las despedidas que duran en el tiempo nunca fueron buenas.

“The show must go on” estaba harta de esas palabras.
Llega un momento en el que las luces se apagan y los actores bajan del escenario.

El suyo, había llegado; llegó la hora de desmaquillarse. No quería seguir fingiendo. Algo en su interior le decía que todo había acabado.

Recibía señales que pretendían indicar que todo era igual que ayer, igual que siempre. Pero sabía que no era así.

Él quería seguir con el show, pero ya no la trataba como actriz principal.

Sin darse cuenta, sin saber cómo ni por qué, la historia había cambiado. Un brusco giro en el cuento que la relegaba a un segundo plano.

Ya no era su historia compartida, aquella que escribían minuto a minuto compartiendo sueños, risas, deseos, pasiones.

No, se acabó. Es mejor saber cuándo llegó el final y aceptarlo sin más. Tratar de mantener con vida aquello que ya se sabe muerto, es antinatural.

“Me retiro” dijo.

Guardó bajo llave los recuerdos, las miradas, los besos, la complicidad. Un corazón sellado y reacio a recibir oxígeno de nuevo, al menos por un tiempo…

Prefirió retirarse y ser recordada a morir por el olvido.

Deber y querer. Querer y poder. Poder y deber.
Eterno bucle. Eterna duda.

“Cuando pueda, cuando me sienta con fuerzas, debo decirle que cuando quiera volveré a estar ahí para él”. Y tras esto, mirando por última vez atrás, cerró el telón de lo que había sido el escenario de los últimos años, esperando que algún día él decidiera volver a buscarla y ser el protagonista de la obra de su vida.

19 de junio de 2009

En busca de tesoros.

Llevaba muchos años haciéndolo. Robaba servilletas en los bares, propagandas de los parabrisas de los coches, márgenes de revistas. Todo le servía para escribir unas líneas.
Cuando miraba las copas de los árboles, soñaba con alegrarlas con sus letras. Todo vale cuando el que dicta es el corazón. Pero no era mas que un sueño y, como alguien dijo alguna vez “los sueños, sueños son”.


Hasta que un día quiso la casualidad cruzarse en su camino y descubrió un mar de letras, un océano de sentimientos, un río de sensaciones. Y fue entonces cuando se dio cuenta de que podría contribuir y conseguir enriquecer su caudal, su vida y, con ello, la vida de todos aquellos que por una u otra razón, se zambullen en las aguas de los recuerdos.

Así fue como llegó, así es como le tenemos entre nosotros. Espero poder bucear en su mundo y encontrar grandes tesoros escondidos.¿Alguien me acompaña? ¿Quién no ha soñado alguna vez con descubrir tesoros y barcos hundidos? Es el momento...

18 de junio de 2009

1963-2009


Condeno con este escrito a los que no avisan. Son unos traicioneros. Dame un guiño, no seas malo. Está buenísimo esto de dar señales, creeme. ¿Qué te cuesta avisar? Por algo los autos vienen con tantas luces de distintos colores, por algo el código morse, por algo las banderas en la náutica, por algo las caras de póquer en la nada y las caras de algo en los negocios. Por algo agitamos los brazos y por algo Los Beatles compusieron “Help!”. Es clarísimo, hablame, decime, informame, guiñame, mandame un telegrama, escribime en la pared del baño o dejame un papelito en el bolsillo, pero avisame. Mirame a los ojos y decime. No te pido un informe, sólo un guiño. No me des un balance, levantame la ceja. Me hacés un favor. Acordate, el que avisa no traiciona, y ahora completa la frase vos, el que no avisa…


Porque para mi, fue uno de los tipos más talentosos y seductores, personas así nos ayudan (o ayudaron, me cuesta creer que ya no esta mas Fernando..) a cuestionarnos nuestro modo de vivir en esta mundo, a dejar de tomar como propios deseos o espectativas que no tienen nada que ver con lo que uno siente y es. Peña siempre me pareció un observador, donde demostró con sus personajes el camino que ha recorrido en su vida. Nos mostró lo ridículo, lo estúpido, lo estereotipado, para que de una vez aprendamos a darnos cuenta de lo que somos y así ayudarnos a encontrase con uno mismo. Animarse a ser, a caminar por el camino de uno, no el de los otros. Siempre me gusto esa manera de provocar, de hacerte cuestionar, sin esas cualidades no seria artista, y creo que de estos hay pocos.
No va a ver otro Peña.

Chau Puto Lindo.

12 de junio de 2009

NO siempre.

No siempre la gente que te mira te escucha. No siempre la gente que te mira y te escucha te presta atención. No siempre la gente que te mira, te escucha y te presta atención, está pensando de vos lo que crees que piensa.

Ellos son