25 de noviembre de 2010

Imbecibilidad.

Mucha gente lucha por dominar su propia vida, por sujetarla, aquietarla, anestesiarla, doblegarla o algo así. La gente huimos a veces, como sea, de que la vida no nos permita dos vidas o más vida o simplemente vida o de que la vida tenga siempre los minutos contados. No lo llamamos huir, pero es huir y lo conseguimos. Generalmente es algo que se consigue porque todo funciona para que esa “cosa” se cumpla, se consiga, para que no hagas "tonterías", para que no te enamores con sesenta y cinco años, por ejemplo, de un camarero joven o de una camarera joven. Entonces lo logras y engordas un poco y sonríes más tristemente para siempre, y te tragas lo que echan por la tele y contigo funciona la Máquina Feliz del Universo, eres un grano más de arena que se suma, pero te vuelves cómplice de la imbecilidad, de la imbecilidad, de la imbecilidad. ¡Qué destino más tonto: de la imbecilidad!

No hay comentarios:

Ellos son