14 de enero de 2009

Copa de vino.

Mientras se sirve una copa de vino, piensa si no se estará volviendo alcohólica. Hay días en los que piensa que todos sus vicios son consecuencia de una angustia expresada oralmente, originada, quizá, por traumas de su infancia, por las peleas entre sus padres, por las peleas entre su madre y ella... por el recuerdo marcado a fuego de su niñez tan ignorantemente feliz. Sin embargo, mientras prende un cigarro y escucha el crepitar del tabaco al consumirse, cree que las sustancias que consume, que lo hacen sentir tan bien, es su manera de escupirle en la cara a la época que le tocó vivir, a su sociedad estúpidamente obsesionada por el bienestar físico, tan superficial, tan carnal y tan vacía de contenido. No es que el alcohol la haga superior a los demás, sino que al menos le permite convivir con ellos. Como decía aquella frase: “Bebo para hacer a los demás más interesantes”. Sí, definitivamente es muy cobarde lo mío, piensa mientras toma otro sorbo, pero prefiero drogarme con esto y no con televisión basura, sí con drogas tóxicas para el cuerpo pero nunca con el veneno para la mente de la chatarra mediática. Sí, definitivamente somos todos drogadictos de una u otra forma. Pero muy de vez en cuando una se cruza con personas realmente sanas. Esos son los Mesías de nuestro tiempo, piensa mientras prende otro cigarro. Hace rato que empezó a sentir el efecto del alcohol, hace rato que se le adormecieron los sentidos, se siente inmersa en esa subrrealidad que le da ganas frenéticas de ponerse a escribir. Siempre se preguntó por qué le gusta escribir. Al principio pensaba que la ayudaba a reflexionar profundamente sobre las cosas que transitan constantemente por su mente, pero ahora sabe que eso es justamente lo que quiere evitar. Ella desea más que nada largar la mierda que tiene adentro. Escribir es su motor para hacer catarsis, y el alcohol es justamente el combustible que cree imprescindible para hacerlo. Más copas de vino, más falshes de su vida. Piensa en esa gente que valora tanto y nunca se lo dice, que nunca va a saber lo que significaron para ella. Quizá lo que esté haciendo no sea lo más sano físicamente, pero mañana, seguro, me voy a sentir mucho más liviana... prende otro cigarro y siente la energía que recorre su cuerpo.

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