Le mire de lleno la mirada, y supe que nunca había comenzado.
Mis ojos tristes, estaban furiosos, y la razón dejaba el paso a los designios mas instintivos.
De esos vacíos que no se comparten, de recuerdos sin bisílabas salvajes, ni domesticadas, de saber que muerdas lo que muerdas, no vas a ahogar la pena. De que te sigue de cerca, esa rueda del sámara.
Leo tus palabras y me da un poco de envidia. Las quimeras cambian de nombre, pero es siempre el mismo, siempre el mio, el que va inscripto en mis pesadillas.
Por eso por casa ya no soñamos, o eso nos repetimos. Atinamos al desafío de pasar la jornada, pensamos la belleza como otros detalles, y maldecimos las rejas nuevas de la plaza. El truco lo tapamos con papel picado, cantamos el vale 4 y nos vamos al mazo, pero en voz baja.
Hace 3 años
2 comentarios:
:) da gusto leer algo tan bien escrito.
Muchas Gracias Barrilete! :)
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