5 de diciembre de 2008

Allí estaré.


“- De acuerdo , allí estaré”

Con esa frase terminó la conversación.
Nerviosa como una cría aún no era capaz de reaccionar.
LLevaba tanto tiempo esperando algo así…!
Por fin había llegado. Por fin consiguió llamar su atención.
LLevaba mucho tiempo esperando que le dedicara una mirada, un segundo de su atención, sus mimos, sus sonrisas.

Su mirada enamorada la delataba cada vez que estaba junto a él.


Le hacía temblar, suspirar, soñar, e incluso derramar alguna lágrima al pensar que siempre sería un sueño inalcanzable… Y ahora por fin había llegado el momento…

LLamó a su más fiel amiga para compartir su alegría.


Nervios, inseguridades y sonrisas ilusionadas durante la semana siguiente. Por más que miraba el reloj, las horas no pasaban… En ese tiempo no hubo más lágrimas…

Esa tarde se enfundó sus mejores galas , se pintó levemente la cara , echó gotitas de su perfume preferido tras las orejas y con mariposas en el estómago salió a la calle sobre sus tacones de vértigo.
La gente se volvía a mirarla; yo me pregunto si sería por su presencia o por cómo deslumbraba el brillo de su mirada y su sonrisa…
Se sentó a esperar mientras sus piernas temblaban…


"- Desea algo mientras espera?”
“- Sí, traiga una copa de vino, por favor”

Una hora…dos horas… tres copas… cuatro copas… unas piernas que dejaron de temblar por los nervios y mil lágrimas que de nuevo rodaban por sus mejillas al descubrir que todo fue tan solo un mal sueño…

Con paso triste y pesado salió del restaurante donde él la había citado. Arrastrando los pesados zapatos se lamentaba por haberse ilusionado; pensó que una vez más fue una tonta al creer que alguien como él se podría fijar en ella.

Y camino a casa , ahogada en un mar de lágrimas, juró ser fuerte y no volver a dejarse engañar… Juró no dejar que nadie le hiciera sentir como una princesa destronada…



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